No puedo verte siempre
y por eso lloro.
Camino y lloro
y la gente me pregunta
qué me pasa
y les digo
que es porque no puedo
verte siempre,
que sólo a veces
y eso duele.
Me dicen que no te vea
y yo me arrodillo
y se me desgarran
las rodillas.
Y el sol evapora
mis lágrimas
que dejan un residuo
salino que quema
los ojos.
Arden los ojos,
las rodillas arden.
Que deje de llorar, dicen.
Pero no puedo verte.