Por qué lidiar
con compatriotas?
Los compatriotas
pueden ser idiotas.
Fue uno,
un compatriota,
a reclamar
algo que era suyo.
Se le rieron
en la cara.
Lo había dejado
de lado,
abandonado
a merced
del viento
que azota
esas latitudes.
Allí,
donde los compatriotas
no pisan,
porque el viento
azota.