Soñé
las ganas
de llamarte.
Los teléfonos
fracasaban
uno tras otro,
como aparatos
obsoletos
en mis manos
temblorosas.
Todos
me negaban
sus teléfonos.
Yo no tenía
ninguno,
pero el número
me lo sabía
de memoria.
Soñé
las ganas
de llamarte.
Los teléfonos
fracasaban
uno tras otro,
como aparatos
obsoletos
en mis manos
temblorosas.
Todos
me negaban
sus teléfonos.
Yo no tenía
ninguno,
pero el número
me lo sabía
de memoria.