Existe una profesión
que consiste en merodear
allí donde está el dolor.
El dolor nuevo
y el que ya existía
son dos especialidades
diferentes.
Lo ajeno
es más ajeno
cuando se trata
de dolor.
Uno puede hurgar
la herida ajena
sin anestesia.
La otredad misma
anula las terminaciones
nerviosas
y eso permite
extirpar
la causa
del dolor.