Muchos años
después
de tu partida
te encontré
de este lado
de la muerte.
Dijiste que te ibas
de nuevo,
que morías
de nuevo.
Resulta
que tu ausencia
se transforma
en deseo
y la muerte
nos persigue
a los dos.
Dijiste que él
ya había nacido.
Lo encontré,
y ahora qué hago.
No lo dejes
entrar
a la muerte.