Nietzsche o la biblia de los ateos

Hubo un hombre

superior al resto

y él pensó.

Pensó

que el pensamiento

pondría fin

al sufrimiento

del hombre.

Él pensó,

y su pensamiento

fue la biblia

de los ateos.

Y lloré.

Lloré de belleza,

de perfección

y de agradecimiento.

Y el llanto

era igual

al llanto

del dolor.

Y lo bello

era idéntico

a lo horrible.

Las pasiones

llevan

a la mente

al caos,

y el caos

lleva

al sufrimiento.

Desear duele.

Pero pensar

también duele.

No hay forma

de pensarse

fuera de sí.

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